La Segunda Marquetalia, la diezmada disidencia de la extinta guerrilla de las FARC encabezada por Iván Márquez, se ha desintegró a fines de 2024 en medio de las negociaciones con el Gobierno de Gustavo Petro. Dos de sus estructuras, los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, hicieron pública su decisión de independizarse y desde entonces se agrupan en la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano. “Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y, en adelante, no utilizaremos más esa sigla”, aseguraban el 21 de noviembre al manifestar su intención de seguir negociando con el Gobierno. Iván Márquez, en paradero desconocido, desautorizó la mesa de diálogos en una carta –sin autenticidad verificada– que acabó por provocar la escisión del grupo armado.
El jefe negociador de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, el nuevo nombre de las estructuras que siguen en la mesa, conocido como Walter Mendoza, ha reconocido la división interna precipitada por el propio Márquez. “Colombia puede estar tranquila de que el proceso de paz sigue con los compañeros de Comandos de la Frontera, la Coordinadora Guerrillera y todos los que se quieran unir. Nos tocará replantear la mesa, replantear la agenda, pero eso es cuestión de tiempo”, aseguró en su momento.
Al final de una de las rondas de diálogos con la Coordinadora, el 12 de febrero de 2025, agentes de la Fiscalía detuvieron en un hotel de Bogotá a Andrés Rojas, Araña, el máximo comandante de los Comandos de la Frontera y uno de sus delegados en la mesa. Miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) justificaron la detención en una circular roja de Interpol con fines de extradición, por cargos relacionados con narcotráfico en una corte de Estados Unidos. En septiembre, el intento de quemar vivos a dos militares en medio de una asonada en Putumayo provocó otra crisis en la mesa.
A pesar de esos traspiés, los negociadores han acordado crear en una primera etapa dos zonas de ubicación temporales, una en Nariño y otra en el vecino Putumayo, para que agrupen a 120 combatientes dispuestos a llegar a la entrega de armas y la reincorporación a la vida civil. El propósito es que hacía marzo de 2026 cerca de la mitad de los 2.500 hombres que se calcula pertenecen a la Coordinadora puedan estar concentrados en esas áreas. También se han comprometido a realizar actividades de desminado y entregar material de guerra. El 16 de octubre, en Puerto Asís, Putumayo, se inició la destrucción de 14 toneladas de material bélico entregado por el grupo armado.
El de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano es el tercer gran proceso de negociación nacional con grupos armados en el marco de la política de paz total, que se suma a las suspendidas conversaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el de las también divididas disidencias que se agrupaban en el autodenominado Estado Mayor Central (EMC).
¿Cómo se pusieron en marcha las negociaciones?
Luego de varios meses de acercamientos, Iván Márquez y el alto comisionado de Paz, Otty Patiño, tras sostener el 3 y 4 de junio un encuentro en Caracas, anunciaron la instalación de una mesa de diálogos de paz en la capital de Venezuela el 24 de junio de 2024. Armando Novoa, el jefe negociador del Gobierno, ha dicho que no tiene comunicación directa con Márquez desde entonces ni ha recibido pruebas de su supervivencia.
En el acuerdo firmado para dar un inicio formal a los diálogos, el Gobierno calificó de “positivas” las manifestaciones de la Segunda Marquetalia en las que, entre otras, rechazaba las retenciones con fines económicos (como se refiere al crimen del secuestro), se proponía priorizar el diálogo con empresarios, ganaderos y comerciantes, así como proteger el medio ambiente. En correspondencia, asegura el documento, el Gobierno “adoptará medidas para fortalecer el desescalamiento del conflicto” en las zonas en las que hace presencia la Segunda Marquetalia – Ejército Bolivariano, como se hacía llamar entonces.
